Cada día en China, agentes en atuendos de protección integral insertan centenas de millones de hisopos desechables tras realizar test PCR para detectar el COVID-19 a gran escala. El problema es que todo ello genera una enorme cantidad de residuos médicos.

Con su estrategia “COVID Cero”, el gigante asiático es la única gran economía en querer impedir a cualquier precio las infecciones, oficialmente para evitar que los hospitales queden desbordados ante la baja tasa de vacunación de los mayores.

En el arsenal anticoronavirus hay cuarentenas obligatorias, confinamientos selectivos y tests masivos, convertidos en casi diarios en algunos lugares.

Fuente Agencia de Noticias